viernes

sabina y yo.

Después de dos transbordos llego al teatro. Ingenua,tonta y cándidamente me asombra que haya tanto fan de Sabina, igualmente me sorprende gratamente que haya un bar dentro del teatro, me dirijo a mi lugar y una güera sonriente me espera, miro hacia arriba, agradezco a los dioses y cuando me iba a sentar ella despaciosamente me dice:
No, ahi va mi esposo...
-Pero yo tengo el asiento 1, fila 3, le digo
-Ah, mi esposo es el numero 2, me responde

Acomodo mi cerveza y tomo asiento. La rubia platino me pregunta si vengo solo, yo le iba a decir que no, que mi novia fue al bar por mas cerveza y tequila, pero para no tener problemas después cuando no llegara nadie, le conteste que sí, que iba solo. Se apagan las luces y aparecen dos tipos disfrazados de Luis XV con dos candelabros con tres velas prendidas cada uno que colocan en los extremos del escenario. Salen los tres musicos y luego la bellísima corista de pelo ondulado y perfectamente despeinado.

Despues aparece Sabina y hace una caravana con su bombin. Comienza a cantar y todos gritan y aplauden. Yo muy civilizadamente solo sonreía y aplaudía al término de cada canción, dos idiotas que estaban atrás de mi cantaban a todo pulmón, pero antes de que pudiera enojarme, a la tercera canción, le di un sorbo a mi cereveza marca Acme, hice algunas gargaras, peine mis bigotes de un lado a otro y saqué mi voz de mi ronco pecho; mis falcetes, sostenidos, entonación y ritmo se los dejo a mis futuros críticos. Sabina se empezó a emocionar y nos dejaba algunos versos para que tratáramos de cantarlos.
Me recordó que: "Muerta la amistad, sabe igual que el fracaso, y a los dos nos gusta el verbo fracasar..."
Después la etérea corista desapareció y reapareció con un vestido ligero, emulando a una prostituta, Joaquín le cantó una canción a la Magdalena, "con ese corazontan cinco estrellas, que hasta el hijo de un dios una vez que la vio, se fue con ella, y nunca le cobro, la Magdalena..."
Y nos dieron las diez, y las once, las doce, la una ,las dos y las tres y yo nunca me había emborrachado con tan poquito, ya estaba brindando con el par de idiotas de atrás, chocando la mano con el esposito de la rubia. Una pantalla que estaba al fondo del escenario ilustraba las canciones con pinturas, fotos, palabras y hasta caricaturas."Mas vale que no tengas que elegir, entre el olvido y la memoria, entre la nieve y el sudor, sera mejor que aprendas a vivir, sobre la linea divisoria, que va del tedio a la pasión..."

Sabina se sienta y canta: ...Y morirme contigo si te matas, y matarme contigo si te mueres, porque el amor, cuando no muere mata, porque amores que matan nunca mueren..."Mientras yo me engañaba pensando que realmente llegaría alguien con mas cerveza y tequila.

1 comentario:

Chio dijo...

Me encanta lo que escribes, y yo me apunto para lo de la cerveza jeje