martes

de cuando me raptó un estilista chilango y yo sucumbí...

Me vi reflejado en una puerta del metro, y veía arriba de mi cabeza algo así como un gato muerto, me di cuenta que era tiempo de ir a cortarme el pelo, al llegar a la estación me metí al primer lugar que enconttré. La persona que ahí trabajaba se parecía fisicamente mucho a David Alfaro Siqueiros, pero cuando me pidió que tomara asiento me percate de sus afeminadas formas de hablar y moverse. Me dijo: como estamos en temporada de olimpiadas te vamos a poner esto. Y me puso uno de esos baberotes o batas o no se como se llaman esas cosas que a uno le ponen en las peluquerias, solo que este baberote estaba estampado con muchas siluetas de monos muculosos en posiciones deportivas, yo pense: Ah, que condenado maricón tan simpático. Y luego sin decirme agua va, de dos tijerazos me corto dos de mis ondulados y característicos mechones, abrí los ojos como ciclista olímpico en velódromo, y le dije respetuosa pero firmemente: Oiga, si sólo quiero que lo entre saque! El me dijo: ay, orita arreglamos eso, ¿como me dijiste que te llamabas? el mondrigo puñal nunca me lo preguntó, pero yo de babas le dije que Mario. "No te preocupes Mario, vas a ver que bien vas a quedar", y en eso que me pone tres como pinzas rosas en la cabeza, me moja el pelo y me peina como niño en su primer dia de clases, me vi reflejado en el espejo que ocupaba toda la pared, y no sabía si reír, llorar o agarrar al jotete a patadas. Empecé a recordar la peluquería que iba en Chihuahua, ésa sí era peluquería, con 2 viejos peluqueros que parecían piratas, que mascaban tabaco, decían palabrotas, les chiflaban a las mejores glándulas que pasaran, tenían revistas de chicas malas y escuchaban y tarareaban a Agustín Lara en su radio de volvos, cortaban el pelo con navaja y rasuradora, y no se andaban con gelecitos, spraycitos o demas payasadas. ¡Ay, como los extrañé! Me contemplaba en el espejo con lástima y resignación, cuando el cielo contaminado se limpió, los pajarillos trinaban alegremente, los ladrones dejaron de robar, los artistas bajaron de la luna, y una muchachona de largas piernas y maciza estructura entró por la puerta, acomodándose su larga cabellera sobre su hombro derecho, yo la vi, yo la vi por el espejo, vi que tomo asiento, que cruzó la pierna, que la minifalda era generosa conmigo, que tomó una revista de moda, que inclinó su cabeza hacia la derecha, que la chava de la portada de la revista se confundía con la que leía, luego voltee la vista hacia enfrente otra vez y me topé con la cruel realidad... había olvidado mis tres broches rosas, mi cabello peinado en distintas direcciones, al baberote de calentureitors, y al méndigo puñal acariciándome la cabeza, yo me sentía muy mal, ridículo, paseaba la vista por el salón buscando alguna camara que estuviera filmando, debería ser una broma... Luego de un rato de entre ver a la chava reflejada, y maldecir mi destino, el mariquetas me dijo: "ya Mario, nomás deja te peino" y que empieza con una pistola de aire, y que me echa como crema chantilly, yo apenas alcancé a decir: "N...o, es que yo no me pongo nada en el cabello" "Ah pero esto te lo acondiciona y modela, vas a ver" A mi ya me estaba valiendo gorro la vida, que me ponga lo que quiera, que la chava piense de mí lo que quiera que soy puñal, que me encanta que me pongan broches, que se caiga el techo, que pase lo que sea ...me vale. "Ya", dijo el joto de puñales, y vi que mi nuevo peinado era muy similar al de Paquita la del barrio, pero antes de que pudiera decir algo, el mariposón volteó hacia la chava que veía la revista y le pregunta: ¿como me quedó, Isabel? Mi disco duro almacenaba esas seis letras, cuando ella respondió: ¡guapísimo! Zonzamente sonreí, y me fui caminando con la sonrisa congelada, sintiéndome bien galán, hasta llegar a mi casa, y recibir las burlas de mis primas por el corte que me acababan de hacer.

2 comentarios:

Ministry of Silly Walks dijo...

Entre y saque de qué, perdón?

Anónimo dijo...

¿Un gay parecido a David Alfaro Siqueiros?¿Tenia el ceño hosco amanerado?
Los peluqueros se fueron junto con la màquina de escribir,los archiveros y los sobres de cartas.